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Saber Escuchar... Un Arte !

El arte de saber escuchar

  “Observa mis jardines donde los jardineros van en el alba a crear la primavera, no discuten sobre los pistillos ni las corolas: siembran las semillas” (CIUDADELA. Antoine de Saint Saint- Exupéry)    El don de la palabra, vehículo de la comunicación, de las relaciones personales, tiene su correlato en la sabiduría de la escucha.    En toda comunicación se da uno que habla y otro que escucha. Por tanto, ambos serán responsables de la calidad de la comunicación, reflejada en la mutua y continua escucha. Y ello depende tanto de la educación que se ha recibido, como del empeño personal que ponga cada uno; esto es, de su disposición de ánimo. El oír lo presta la naturaleza, la escucha se cultiva.

Saber escuchar es un arte que no se logra sin esfuerzo. Oír el sonido de las palabras y escuchar el contenido de la palabra son dos actitudes totalmente distintas. es no prestar atención profunda, es simple captación de una sucesión de sonidos; una actitud con algún grado de pasividad. Es más que oír con paciencia a los demás, es interpretar y entender lo que alguien dice, es descubrir el sentido que las palabras encierran; es un comportamiento activo que supone acercamiento y acogimiento a la persona comunicante, y aún de interesarse en lo que de verdad importa al otro. Una actitud más que una técnica que pueda entrenarse; ya que escuchar requiere, además de un cierto silencio interior, aceptar a las personas tal como son. Claro está que dependiendo siempre de la intensidad y cualidad de la relación; del grado en que se compartan los mismos puntos de vista; o que, en ocasiones, convenga cortar la comunicación. No puede existir armonía donde impera la discrepancia.

    Señalemos algunos malos hábitos a evitar: 

-Estar impaciente por tomar la palabra, en lugar de dejar hablar al otro. 

-Interrumpir repetidamente la conversación. 

-Reaccionar impulsivamente ante cualquier discrepancia. 

-Mostrar con nuestro tono de voz, apatía o agresividad. 

-Confundir el “ruido de palabras” y la frivolidad con la verdad. 

-Brindar poca atención a nuestro interlocutor. 

-Ignorar el interés del otro. 

-Hablar al mismo tiempo con más de una persona. 

    Sin duda, podremos escuchar mejor: 

-Sin interrumpir a la otra persona antes de que termine de hablar. 

-Haciendo preguntas pertinentes. 

-Dando respuestas visuales o verbales. 

-Aceptando al interlocutor.

-Sin miedo a la verdad. 

-Evitando la locuacidad.  

-Teniendo buena actitud mental y ejercitando una escucha activa. 

-Controlando el impulso a desmentir. 

La calidad de la atención, tener la paciencia de escuchar sin interrumpir, con verdadero deseo de entender y comprender, proporciona estímulos para una comunicación más abierta, más serena, más sincera; donde cada parte exprese sus ideas con más libertad donde pueda manifestarse la personalidad del interlocutor; donde la amistad encuentre un terreno abonado para arraigar.

* Extraido de http://apli.wordpress.com/2008/03/13/el-arte-de-saber-escuchar/

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